Pues sí, pues sí. Hoy he dado mi última clase de prácticas del CAP (el curso ese que nos obligan a hacer en España si queremos optar a ser profesores de educación secundaria). La clase de hoy ha sido con primero de Bachillerato, que es a los que más clase he dado durante este mes. Es una clase maja, son como cotorras, y cuesta centrarles, pero no son mala gente.
Nada más entrar la frase fue: '¡Ehhh! Has estado desaparecida, ¿dónde te habías metido?' Y para qué negarlo, ¡me hizo ilusión! Je,je. Y cuando les dije que hoy era mi última clase, parece que les dio algo de pena y todo... Unos chavales muy majos, sí señor, aunque han conseguido dejarme afónica hoy...
¿Qué les pasa a los jóvenes? ¿Qué ocurre para que hoy en día cueste tanto conseguir verdadero respeto? Porque el respeto no se limita a que no te insulten o se rían de ti, el respeto también es que te escuchen, que se escuchen entre ellos, que colaboren o al menos no molesten, que te hagan un mínimo de caso y respeten las reglas básicas de convivencia. Y es que respeto de ese, de verdad, queda poco.
Dicen que es porque los chavales hoy tienen de todo y que por eso no respetan ni valoran nada, pero eso no es del todo cierto, porque en el instituto al que yo he ido me consta que hay gente a la que no le sobran los bienes. En mi opinión lo que pasa es que la propia sociedad no respeta ni valora nada. No es que las nuevas generaciones sean diferentes, es que la sociedad ya lleva tiempo cambiando.
Ya lo decía mi abuela, que cómo había cambiado la vida desde que ella era niña, y con la vida, también cambiamos nosotros.
Pues sí, pues sí. Hoy he dado mi última clase de prácticas, y me ha dado pena.
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